Consulta del niño sano en pediatría. ¿Cuando debo llevar a mi hijo a revisión?

Miguel Maza López
Pediatra

Con relativa frecuencia en la consulta los pediatras escuchamos frases del tipo: "Doctor, le traigo a mi hijo por que lleva varios días molesto, con fiebre, llorón o con vómito, diarrea, con baja ingesta (no quiere comer), y... ¡Ah, y también de una vez para su consulta de control!"

La llamada "consulta de control", "del niño sano", "chequeo de rutina" o mejor dicho: consulta pediátrica de crecimiento y desarrollo; es aquella en la que se valora el estado de salud de los niños, incluyendo estado nutricio, evolución de peso, talla, desarrollo físico y mental, así como potenciales riesgos a la salud de acuerdo a su rango etario y características individuales.

Se realiza en ella un interrogatorio dirigido especialmente a este tipo de consulta, incluyendo escalas de desarrollo psicomotor, alimentación del niño en cuestión, estado del esquema de inmunizaciones (vacunas), factores de riesgo ambiental, enfermedades previas, antecedentes patológicos personales, heredofamiliares y otros; una exploración física completa (incluida exploración neurológica) en la que se llevan a cabo varías maniobras de detección oportuna de patologías de acuerdo a la edad, se lleva a cabo un análisis individualizado del paciente y se emite un diagnóstico y finalmente recomendaciones específicas e individualizadas para cada paciente en cuestión.


Este tipo de consulta es (o debe ser) finalmente un espacio educativo donde los padres son orientados y pueden expresar todas sus dudas con respecto al cuidado cotidiano de sus hijos.

Por otro lado, cuando se valora a un niño enfermo, el interrogatorio es dirigido hacia las características de cada síntoma del padecimiento actual (esto se conoce también como anamnesis o semiología). La exploración física, si bien se realiza por lo general de forma completa, también debe ser enfocada a la dolencia o malestar por la que acude el paciente y tratándose de un niño o niña enfermo y seguramente incómodo, molesto o con dolor, los pediatras procuramos realizarla de la forma más gentil o menos incómoda.

A un niño que de por si se siente muy mal porque está enfermo y encima lo sacan de su cama y de su casa para llevarlo con el pediatra, no le cae muy en gracia que sus papás se pongan a platicar con el médico mientras el sufre, menos que le quiten la ropa, lo palpen, lo ausculten, le midan la temperatura, etcétera; todo necesario sí. Pero si encima nos ponemos a hacer interrogatorios y exploraciones mucho más extensos que no corresponden a su padecimiento… pues va servido. 


Además, lo que encontramos a la exploración física de un niño enfermo puede no corresponder a lo que observamos en el mismo niño cuando lo revisamos sano (y de buenas); por ejemplo el peso, las características de los ruidos cardíacos, su coloración, y otros signos pueden ser diferentes.


¿Con que frecuencia se recomiendan las “visitas del niño sano” al pediatra?

Existen distintas recomendaciones al respecto de acuerdo a diversas asociaciones pediátricas internacionales y reglamentos. De acuerdo con las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría (AAP) y la Norma Oficial Mexicana recomiendo las consultas de control de crecimiento y desarrollo:

- A los dos o tres días de nacido.
- Entre los siete y quince días de vida, (se evalúa entre otras cosas la recuperación del peso tras la pérdida fisiológica).
- Al mes de vida.
- Al segundo mes de vida.
- Cada dos meses desde los dos hasta los seis meses de vida.
- Cada tres meses desde los seis meses hasta los dos años de vida.
- Cada seis meses de los dos a los cinco años.
- A partir de los cinco años una consulta anual hasta la mayoría de edad (en la que se continúa recomendando un chequeo anual).

Cabe mencionar que cada pediatra puede variar la frecuencia de las consultas, es decir, no es lo mismo el seguimiento de un paciente con antecedentes de prematurez, bajo peso, daño neurológico, síndrome anémico, hospitalización por cualquier motivo, etc.; que el control de un niño sin antecedentes de relevancia.

En conclusión

Así que, volviendo a la pregunta inicial: ¿Se puede realizar en una misma consulta la atención a una enfermedad puntual y además la consulta de crecimiento y desarrollo?


Mi respuesta: No, yo no puedo… creo que no debo... y no lo recomiendo.




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Referencias:

- NORMA Oficial Mexicana NOM-031-SSA2-1999, Para la atención a la salud del niño.

Hagan JF, Duncan PM. Maximizing children's health. In: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB, Stanton BF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 19th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2011:chap 5