Una forma más de proteger a tus pequeños contra la Tos ferina. Estrategia de "capullo".


Miguel Maza López
Pediatra


La tos ferina es una enfermedad infecciosa aguda altamente contagiosa de las vías respiratorias, causada por bacilos de la especie Bordetella pertussis. Aún cuando en el imaginario popular se considera como una enfermedad del siglo pasado ya superada, continúa siendo un problema de salud pública, incluso en países desarrollados con buenas coberturas de vacunación. La evidencia actual confirma que esta enfermedad continúa causando muertes en neonatos vulnerables y lactantes con esquemas de vacunación incompletos y varios países han reportado un incremento en los casos de infección por B. pertussis durante la década pasada.



El cuadro clínico se caracteriza por inflamación traqueobronquial y accesos típicos de tos violenta, espasmódica con sensación de asfixia, que terminan con un ruido estridente durante la inspiración. Es una causa importante de morbilidad y mortalidad en nuestro medio pudiendo presentar complicaciones a nivel de sistema nervioso, musculo cardiaco e incluso la muerte.


La inmunización completa contra esta enfermedad se logra tras la cuarta dosis de la vacuna a los cuatro años de edad, las primeras dosis se aplican en la vacuna pentavalente a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad. Sin embargo la inmunidad (las defensas de nuestro organismo contra esta enfermedad)  comienza a disminuir después de 3 a 5 años y no existe protección demostrable de los 10 a los 12 años después de aplicada la última dosis de la vacuna.

Esto implica que los niños mayores, adolescentes  y adultos podemos padecer esta enfermedad pero al no tener un cuadro tan florido como en niños menores existe la "creencia" de que esta es una enfermedad  propia de la infancia, y aunque los síntomas sean típicos, no se diagnostique, ni se trate ni prevenga.

En la actualidad, aún en poblaciones con alta cobertura de vacunación, los adolescentes y adultos son a menudo fuente de infección para lactantes y niños no inmunizados o parcialmente inmunizados, quienes a su vez presentan el mayor riesgo de complicaciones y de mortalidad.

Para proteger a los recién nacidos y niños que aún no completan el esquema de vacunación (y especialmente a menores de 12 meses) se ha adoptado de forma relativamente reciente la estrategia de “capullo” en la que se inmuniza con la Vacuna DPT Acelular a la madres embarazadas entre la semana 27 y 36 de gestación o en el postparto inmediato, así como a todos aquellos mayores que vayan a convivir directamente con el o los menores que aún no completan su esquema de vacunación contra tosferina. Así mismo se recomienda esta vacuna en el personal salud y adultos que convivan con niños (por ejemplo en escuelas o estancias infantiles).

Al vacunar a los que rodean a los menores se logrará entonces mantenerlos libres del riesgo de contagio hasta que ellos ya hayan completado su esquema y puedan defenderse por si mismos contra esta enfermedad.

Aún cuando la vacuna no se aplique a esta población en el esquema oficial de vacunación, tu puedes solicitarla a tu pediatra o medico familiar, así que ya sabes: ¡Al vacunarte no te protegerás solamente a ti mismo, sino también a los pequeños que te rodean!



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