Datos de Alarma

Miguel Maza López
Pediatra







     Seguramente has escuchado o leído en muchas ocasiones el término DATOS DE ALARMA y que son importantes para reconocer lo que es una urgencia para la vida... ¡y estás en lo correcto!

     Un dato de alarma es algo que puede significar riesgo para la integridad o la vida y no puede esperar para atenderse de inmediato, en un servicio de urgencias incluso.

     Recuerda que lo aquí compartido es únicamente una orientación general, que cada caso y cada paciente es diferente y la información vertida en este blog no sustituye la consulta médica.



EN CASO DE FIEBRE

Manchitas en la piel, de color rojo oscuro o morado, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.

Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo y difícil de calmar.

Rigidez de cuello.

Convulsión o pérdida de conocimiento.

Dificultad para respirar (marca las costillas y hunde el esternón, se oyen como silbidos cuando respira, respiración muy rápida, agitada, etc.).

Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación (lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos, etc.).

Si no orina o la orina es escasa

Siempre requiere consulta urgente la fiebre en un niño menor de 3 meses


EN RECIÉN NACIDOS

Dificultad para respirar, respira muy rápido, se le sume entre el pecho y las costillas o le escuchas un silbido o quejido constante al respirar.

Fiebre (38°C o mayor) independientemente del tiempo de evolución  o del grado de la fiebre.

Se pone frío (menos de 36 grados C) o morado.

No puede o deja de alimentarse.

Sangre abundante en las evacuaciones (en caso de que sea escasa acude lo mas pronto a consulta).

Vómitos a repetición o de color verde, negruzco o con sangre.

Convulsiona o se nota aletargado o desmayado, no reacciona a estímulos.

Datos de deshidratación: Fontanela hundida, ojos hundidos, boca seca, deja de orinar.


EN INFECCIONES DE VÍAS RESPIRATORIAS

Datos Respiratorios:

Quejido respiratorio ("puja" en cada respiración)

Sibilancias audibles a distancia (se escucha un silbido al respirar).

Tiros intercostales (se le sume entre las costillas al respirar).

Cianosis peribucal y distal (se pone azul o morado de la boca o los dedos).

Respiración acelerada (taquipnea) o muy profunda como jadeos o suspiros constantes.

Aleteo nasal (las fosas nasales se ensanchan al respirar).

Datos No Respiratorios:

Hipotermia (Temperatura menor a 36°C) que no mejora al taparlo o abrazarlo.

Rechazo a los líquidos y alimentos.

Somnolencia constante, desmayo, crisis convulsivas.

Fiebre (temperatura de 38°C o mayor) por más de 3 días - En recién nacidos y menores de 3 meses, apenas se presente fiebre se considera dato de alarma.

Ante la sospecha de COVID-19 una oximetría de pulso menor a 90% es motivo para acudir de inmediato a un servicio de urgencias


DATOS DE ALARMA DE DESHIDRATACIÓN (En diarrea, vómitos o baja ingesta)

Ausencia de producción de lágrimas.

Ojos hundidos, boca seca.

Ausencia o poca producción de orina (menos de 4 micciones en 24 horas o que no orine en 6 horas).

Piel reseca que regresa a su posición lentamente al pinzarla en un pliegue.

Fontanelas hundidas en la cabeza de un bebé.

Latidos cardíacos rápidos, respiración agitada o muy profunda con pausas prolongadas entre una respiración y otra.

Vómitos a repetición, de color verde, negro o con sangre.

Sangre abundante en las heces (si es escasa como puntos rojos en las heces o "hilos" en las evacuaciones puedes acudir primero a consulta)

Inactividad, desmayo o crisis convulsivas.


GOLPES EN LA CABEZA
     Después de un golpe fuerte en la cabeza, tras la valoración inicial del pediatra y una vez que el niño ha sido remitido a su domicilio para observación, un adulto responsable debe acompañar al niño en todo momento, y debe evaluar cada 2-3 horas la presencia de los siguientes signos:

­Somnolencia excesiva, dificultad para despertarle. (Pese a esto, no es necesario mantener al niño despierto si es hora de dormir, bastará con comprobar si se despierta con facilidad.)

­Confusión, desorientación.

­Llanto persistente, irritabilidad.

­Dolor de cabeza mantenido o de gran intensidad.

­Pérdida de conciencia.

­Convulsión.

Debilidad o adormecimiento de cualquier miembro.

­Alteraciones visuales, asimetría en el tamaño de las pupilas.

­Aparición de sangre o de un líquido por la nariz o los oídos.


Por último:

     ¡Independientemente de que tus hijos cumplan o no con los criterios aquí mencionados, ante cualquier duda  tu deber como madre o padre o cuidador es buscar atención médica de inmediato! ¡Y si crees que su integridad o su vida corran peligro en el servicio de urgencias mas cercano! (No en un consultorio donde además de tener que esperar tiempo valioso pudieran no tenerse los recursos necesarios si su vida corre riesgo).

     Espero que estos consejos te sean de utilidad. ¡Saludos!