Esquemas Ideales de Vacunación para Niños, Adolescentes, Embarazadas, Adultos y Adultos Mayores.

Miguel Maza López
Pediatra





El esquema de vacunación mexicano se encuentra dentro de los de mejor cobertura en el continente americano, sin embargo el estado no financia al 100% la protección contra enfermedades prevenibles por vacunación.

En algunos casos indica menor numero de dosis que las recomendadas internacionalmente como en el caso de la vacuna contra Neumococo que indica tres en lugar de cuatro dosis; o la de influenza que después de los 5 años ya no aparece en las cartillas hasta los 60 años cuando debe ser de aplicación anual.

En otros casos no las indica la cartilla pero se aplican de manera ocasional esquemas (completos o incompletos) por campañas o emergencias sanitarias las vacunas contra Hepatitis-A y Varicela; las cuales requieren dos dosis de cada una. De la misma forma, la vacuna dpat (Difteria, Tosferina y Tétanos) se debe aplicar al menos cada 10 años desde los 10 a 14 años y en cada embarazo (Estrategia de Capullo); pero en el esquema nacional se indica hasta los 4 años de edad.

Otras como la vacuna contra Meningococo cuya aplicación se recomienda en niños, adolescentes y adultos definitivamente no son financiadas en el sistema público.

El esquema ideal de vacunación de acuerdo al grupo de edad y también según situaciones especiales (leer notas al pie de cada página) es el siguiente:

De los 0 a los 9 años de edad:



De 10 a 19 años de edad:




Embarazadas:




Adultos de 20 a 59 años:



Adultos Mayores:




Vacunación contra la COVID-19

La vacuna contra la COVID-19 esta autorizada en México a partir de los 12 años de edad y su aplicación se lleva a cabo exclusivamente en el sector público de acuerdo al itinerario de la Secretaría de Salud al día de hoy.


Por último:

Recuerda que la información vertida en este blog y en cualquier medio electrónico o red social no sustituye la consulta ni recomendaciones de tu médico, que en cuanto a vacunas pueden variar en caso de padecimientos y condiciones específicas de cada individuo. CONSULTA A TU MÉDICO.


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Fuente para consulta y mayor información en: 

Asociación Mexicana de Vacunología
https://vacunacion.org/


Datos de Alarma

Miguel Maza López
Pediatra







     Seguramente has escuchado o leído en muchas ocasiones el término DATOS DE ALARMA y que son importantes para reconocer lo que es una urgencia para la vida... ¡y estás en lo correcto!

     Un dato de alarma es algo que puede significar riesgo para la integridad o la vida y no puede esperar para atenderse de inmediato, en un servicio de urgencias incluso.

     Recuerda que lo aquí compartido es únicamente una orientación general, que cada caso y cada paciente es diferente y la información vertida en este blog no sustituye la consulta médica.



EN CASO DE FIEBRE

Manchitas en la piel, de color rojo oscuro o morado, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.

Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo y difícil de calmar.

Rigidez de cuello.

Convulsión o pérdida de conocimiento.

Dificultad para respirar (marca las costillas y hunde el esternón, se oyen como silbidos cuando respira, respiración muy rápida, agitada, etc.).

Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación (lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos, etc.).

Si no orina o la orina es escasa

Siempre requiere consulta urgente la fiebre en un niño menor de 3 meses


EN RECIÉN NACIDOS

Dificultad para respirar, respira muy rápido, se le sume entre el pecho y las costillas o le escuchas un silbido o quejido constante al respirar.

Fiebre (38°C o mayor) independientemente del tiempo de evolución  o del grado de la fiebre.

Se pone frío (menos de 36 grados C) o morado.

No puede o deja de alimentarse.

Sangre abundante en las evacuaciones (en caso de que sea escasa acude lo mas pronto a consulta).

Vómitos a repetición o de color verde, negruzco o con sangre.

Convulsiona o se nota aletargado o desmayado, no reacciona a estímulos.

Datos de deshidratación: Fontanela hundida, ojos hundidos, boca seca, deja de orinar.


EN INFECCIONES DE VÍAS RESPIRATORIAS

Datos Respiratorios:

Quejido respiratorio ("puja" en cada respiración)

Sibilancias audibles a distancia (se escucha un silbido al respirar).

Tiros intercostales (se le sume entre las costillas al respirar).

Cianosis peribucal y distal (se pone azul o morado de la boca o los dedos).

Respiración acelerada (taquipnea) o muy profunda como jadeos o suspiros constantes.

Aleteo nasal (las fosas nasales se ensanchan al respirar).

Datos No Respiratorios:

Hipotermia (Temperatura menor a 36°C) que no mejora al taparlo o abrazarlo.

Rechazo a los líquidos y alimentos.

Somnolencia constante, desmayo, crisis convulsivas.

Fiebre (temperatura de 38°C o mayor) por más de 3 días - En recién nacidos y menores de 3 meses, apenas se presente fiebre se considera dato de alarma.

Ante la sospecha de COVID-19 una oximetría de pulso menor a 90% es motivo para acudir de inmediato a un servicio de urgencias


DATOS DE ALARMA DE DESHIDRATACIÓN (En diarrea, vómitos o baja ingesta)

Ausencia de producción de lágrimas.

Ojos hundidos, boca seca.

Ausencia o poca producción de orina (menos de 4 micciones en 24 horas o que no orine en 6 horas).

Piel reseca que regresa a su posición lentamente al pinzarla en un pliegue.

Fontanelas hundidas en la cabeza de un bebé.

Latidos cardíacos rápidos, respiración agitada o muy profunda con pausas prolongadas entre una respiración y otra.

Vómitos a repetición, de color verde, negro o con sangre.

Sangre abundante en las heces (si es escasa como puntos rojos en las heces o "hilos" en las evacuaciones puedes acudir primero a consulta)

Inactividad, desmayo o crisis convulsivas.


GOLPES EN LA CABEZA
     Después de un golpe fuerte en la cabeza, tras la valoración inicial del pediatra y una vez que el niño ha sido remitido a su domicilio para observación, un adulto responsable debe acompañar al niño en todo momento, y debe evaluar cada 2-3 horas la presencia de los siguientes signos:

­Somnolencia excesiva, dificultad para despertarle. (Pese a esto, no es necesario mantener al niño despierto si es hora de dormir, bastará con comprobar si se despierta con facilidad.)

­Confusión, desorientación.

­Llanto persistente, irritabilidad.

­Dolor de cabeza mantenido o de gran intensidad.

­Pérdida de conciencia.

­Convulsión.

Debilidad o adormecimiento de cualquier miembro.

­Alteraciones visuales, asimetría en el tamaño de las pupilas.

­Aparición de sangre o de un líquido por la nariz o los oídos.


Por último:

     ¡Independientemente de que tus hijos cumplan o no con los criterios aquí mencionados, ante cualquier duda  tu deber como madre o padre o cuidador es buscar atención médica de inmediato! ¡Y si crees que su integridad o su vida corran peligro en el servicio de urgencias mas cercano! (No en un consultorio donde además de tener que esperar tiempo valioso pudieran no tenerse los recursos necesarios si su vida corre riesgo).

     Espero que estos consejos te sean de utilidad. ¡Saludos!